08 noviembre 2012

Somos la razón por la que nacieron nuestros antepasados


Me tumbé en el suelo y miré fijamente como sus pies se movían rítmicos sobre el pedal de la máquina de coser. Su mano giraba con energía la rueca y con cada puntada su rostro recuperaba una antigua luz.

Iaia, ¿por qué sólo coses en primavera?- le pregunté

Es la mejor estación para soñar. Pero ya no tengo la memoria de antes y necesito atrapar los deseos para que no se pierdan- me explicó mientras introducía el hilo en la aguja.


Giré mi cuerpo hacia al techo y allí, revoloteando, vi un sueño.

-  Iaia, corre se escapó uno- grité
No cariño, ese lo he dejado libre para que tú lo hagas realidad.

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