25 octubre 2012

Los ojos no saben recordar


-          Cada vez es más bella- pensó al entrar en la habitación.

Se sentó junto a ella y respiró su olor. Recordó, el día que la conoció hacía ya más de cuarenta años. Escuchó de nuevo el sonido de la pelota al golpear el suelo, el llanto al caerse del columpio y su voz cálida, cuando le confesó que había conocido al amor de su vida.

Era capaz de leer sus pensamientos, vibrar con sus sentimientos y soplar las nubes que en ocasiones la asolaban.

Crecieron, la una al lado de la otra y estaba segura de que no había nadie que la conociera como ella y, sin embargo, nunca la había visto. No podía decir de qué color eran sus ojos, ni que rasgos tenía su piel pero no lo necesitaba, porque los ojos no saben ver, ni recordar, eso es sólo cosa del corazón.

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