25 septiembre 2012

¿Escuchas la música?


Un, dos, tres, un dos, tres…
Se mecía entre los muebles y doblaba su cuerpo al compás de su música, esa que sólo escuchan los que saben mirar con el corazón.


Un, dos, tres, un dos, tres…
Levantaba la mano, giraba la pierna y crecía hasta convertirse en una diosa. Pasaba entre los habitantes de la casa, los dueños de su vida. Seres impasibles, ciegos, sordos, mudos, desgraciados por no ver la belleza que desprendía esa anciana sentada en su fiel sillón.

Un, dos, tres, un, dos, tres…
La vida se le cayó del bolsillo pero mientras duró la música, ella no dejo de bailar.

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