14 mayo 2012

El inquilino


En los tiempos del amor y el odio, cuando las camas se quedan vacías y los sueños rotos salpican las paredes, es el momento de limpiar el alma y prepararla para el nuevo inquilino, el recuerdo.  Señor de larga barba y manos pequeñas, porque por mucho que quiera abarcar ya no hay nada que retener. Ojos claros que te muestran cada detalle de lo que fue, voz profunda que sosiega al que escucha.
El recuerdo abraza tu vacío y lo empequeñece. Pone escaleras, donde antes sólo había precipicios y abona de esperanza el camino por el que andas. Sin embargo, si le dejas se acomodará en tu interior y se hará dueño de tus días. Alimentará al pasado y dejará desfallecer al presente.
En los tiempos del amor y el odio, el recuerdo es un aliado pero cuando el sol se vuelva a levantar debes besarle y decirle adiós.

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