Si no hubiese chocado contigo aquella tarde, hoy no estaría
escribiendo sobre ti y lo que has significado para mi vida. Seguirías perdida
en ese océano donde nadan a la deriva las personas que olvidamos.
Fue de aquellas situaciones cotidianas que todos vivimos,
cuando dos personas se quedan enganchadas por los ojos seguras de que se
conocen, de que han hablado, que han compartido vida pero que han sido
desterradas por la memoria. Así la encontré. Por suerte, frené el paso y ella
hizo lo mismo.
- Te conozco de algo
pero no logro recordarte- le dije mientras rastreaba sus rasgos.
Durante algunos minutos relatamos todos los lugares por los
que habíamos pasado y aún así no
encontramos el sitio exacto que teníamos en común. Probamos con el nombre y
entonces el velo cayo y la recuperé.
Me emocioné al recordar quién era y las sensaciones
afloraron hasta dar forma a aquella niña que un día fui. Mi madre me llevaba de
la mano a la nueva escuela infantil y aunque era muy pequeña nunca olvidaré la
gran soledad y el terrible miedo que experimenté cuando me dejo en aquel lugar
con gente desconocida, que intentaban soltar a los niños que lloraban
enganchados a las verjas.
Allí estaba yo en medio de un patio enorme. Apreté con fuerza mi bolsa del
almuerzo y busqué un lugar donde esconderme. Encontré el sitio perfecto dentro
de un tubo de cemento por el que me arrastré hasta el fondo con la esperanza de
que el tiempo pasara rápido y pudiera volver con mi madre.
De repente, una cara sucia sonriente se
asomó por el hueco. Eras tú, unos meses mayor que yo pero veterana en la
escuela. Te sentaste a mi lado con los pies apoyados en el techo y empezaste a
hablar. No recuerdo nada de lo que me dijiste pero sí la calma y la seguridad
que me transmitió tu voz. El miedo y la soledad habían desaparecido, ya estaba
preparada para jugar.
La miré y no hizo falta decir nada más. Nos abrazamos y con
el corazón lleno cada una siguió su camino seguras de que las personas que
olvidamos siempre traen de vuelta lo que hemos extraviado: si me escondo de la
vida, me perderé toda la diversión.
¡Gracias!
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